martes, 30 de julio de 2013

El juego no tiene sexo ¿Se lo vas a poner tú?

- Buenos días, quiero comprar un cuento para un niño de 1 añito que está ingresado aquí al lado. He visto uno en el escaparate que es de fieltro y me gustaría verlo. Es un armario y tiene la figura de una niña y diferentes piezas de ropa para irle poniendo.

- Ah, sí. Creo que sé cuál dices, espera que ahora mismo te lo saco. Me has dicho que es un niño, no?

- Sí, de 1 año.
....................
- Mira, te he sacado éste que es del mismo tipo que has visto en el escaparate pero es el que vendemos para niños. Es una caja de herramientas que...

- Ya, pero es que me ha gustado el del escaparate. Y ahora que veo este todavía estoy más convencida, tiene más colorido y creo que le llamará más la atención.

- Pero me has dicho que es un niño, no?

- Sí, y????????????????

- ¿Te lo envuelvo para regalo?.

- Sí, gracias.

- Claro, a veces sin darnos cuenta hacemos este tipo de cosas, diferenciamos el regalo en función de si es un niño o una niña...


Pues "este tipo de cosas" tiene muchas consecuencias. Los juegos y juguetes no son sólo un entretenimiento, sino que también son un instrumento de socialización que contribuye al crecimiento físico, emocional, relacional y social de las niñas y niños, a construir sus imaginarios e identidades, y a transmitir creencias, valores sociales, expectativas... Por tanto, influyen en la construcción de la personalidad e identidad en las primeras etapas de la vida.

El juego es instintivo, espontáneo y sirve para explorar y conocer el mundo que nos rodea. Es la primera actividad que aporta a los niños y niñas un aprendizaje sobre ell@s mism@s y su entorno. Les enseña a crecer y es una buena forma de educar.

Los juguetes pueden ser más o menos grandes, con más o menos colorido, individuales o colectivos, artesanales o sofisticados, creativos o tradicionales... Pueden transmitir valores como el ser tolerante, cooperativ@, cuidadoso@ y respetuosos con l@s demás.... o valores como la violencia, superioridad, sumisión o la pasividad.

Si tenemos claro que los juguetes acompañan a los niños y niñas en el desarrollo de sus habilidades y de su potencial como personas, es importante plantearnos qué capacidades promueven, qué valores transmiten y si los escogemos o no en función del sexo.

Muchos de los juguetes estereotipados ofertados continuamente en los medios de comunicación reproducen los conceptos sexistas y contribuyen a perpetuar roles establecidos tradicionalmente, y a transmitir valores diferenciados en función el sexo.

Los juguetes no son sexistas, pero tampoco son neutrales ya que reproducen el mundo de las personas adultas. Comprar unos u otros u ofrecerlos de manera diferenciada a niños y niñas, es mostrar una manera u otra de entender la vida que acostumbra a ser parcial.

Por tanto, es importante velar porque traten de manera equilibrada la figura de los dos sexos con el objetivo de ofrecer las mismas posibilidades de desarrollarse e identificarse y evitar así perpetuar las desigualdades.

Cuando pensamos en regalar juguetes a un niño o niña, solemos comprarles los que hemos visto en las campañas publicitarias que por lo general acostumbran a contener un alto grado de sexismo, presentando modelos no igualitarios y manteniendo identidades polarizadas, para que las niñas adquieran comportamientos, valores y actitudes para ser una "buena mujer" (potenciando la obsesión por la imagen y la belleza para ser deseables y dependientes, y el ser buenas madres cuidadoras), y para que los niños asuman el rol clásico masculino basado en la competitividad, el riesgo, la aventura, el poder y la fuerza.

No se trata tanto de hacer jugar a los niños con muñecas y a las niñas con coches, sino de superar la dualidad tradicional que marca qué juguetes son para niños y para niñas y permitir que todos puedan ser usados por los dos sexos, sin imposiciones y tratando de transmitir valores y modelos de relación basados en el respeto.

No limitemos su mundo a unos determinados roles y juguetes por el solo hecho de haber nacido niño o niña, así cuando crezcan podrán disfrutar de un futuro más amplio, más libre y con más oportunidades y posibilidades. Y a la vez, estaremos contribuyendo a una sociedad más igualitaria, equitativa, solidaria, activa, cuidadora y libre de violencia.

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