miércoles, 13 de agosto de 2014

Si no me nombras, no existes!!!

¿Tanto importa el lenguaje? Me suelen preguntar cuando muestro abiertamente mi interés por utilizar un lenguaje no sexista. Lo importante es lo que piensas respecto a este tema, me suelen argumentar desvalorizando así el hecho de utilizar un lenguaje inclusivo.

Para mí el lenguaje es una muestra más de cómo concebimos el mundo, qué sociedades construimos y cómo nos relacionamos. Y evidentemente también comparto que es muy importante cómo pensamos.

Pensamiento y lenguaje, lenguaje y pensamiento. Últimamente pienso mucho sobre el origen del lenguaje y las funciones del pensamiento cuando observo la evolución casi milagrosa del desarrollo del lenguaje en mi hijo de dos años.

¿Cómo se relacionan? ¿Se da una relación de causa y efecto, una interrelación dialéctica? ¿Qué va antes, el pensamiento o el lenguaje? ¿Se desarrollan de forma independiente o de forma simultanea? ¿Son capacidades innatas o adquiridas? Me apasionaba esta asignatura cuando estudiaba psicología. Piaget, Chomsky, Vigotsky... diversas teorías intentaban explicarlo desde diferentes perspectivas.

Ahora, a través de la experiencia y el conocimiento que te da el vivir en sociedad, con hombres y mujeres, en una sociedad claramente patriarcal como la nuestra, lo que sí que tengo clarito y meridiano es que el lenguaje sí que importa, muy al contrario de lo que piensan much@s.

Si nuestro lenguaje incluye a las mujeres, personas y grupos tradicionalmente ignorados o excluidos, también pensaremos mejor. Porque el lenguaje refleja lo que somos y lo que aspiramos a ser. Porque las palabras no se las lleva el viento, sino que crean realidades. Son como semillas, y si queremos cosechar igualdad hemos de sembrar igualdad.

El título que había escogido inicialmente era el lema feminista: "lo que no se nombra, no existe". Pero de ahí se derivaba que si no me nombran no existo... Y como prefiero no dejar en manos de l@s demás mi existencia, lo cambié por "si no me nombras, no existes". Así, en lugar de que me excluyan a través del lenguaje, escojo excluir yo a quien no me tiene en cuenta.

Un uso del lenguaje que representa a hombres y mujeres es un lenguaje que no oculta, no subordina, no infravalora, no excluye y no quita la palabra a nadie. Mejor utilizar el lenguaje para crear,  y no para anular, subordinar, infravalorar o excluir. Porque si hablamos mejor, también pensaremos mejor... y viceversa.