lunes, 16 de septiembre de 2013

Hay algo deliciosamente escandaloso en la frase "Mujer mayor fresca y esplendorosa"

Hay algo deliciosamente escandaloso en la frase "Mujer mayor fresca y esplendorosa". 
Jean Shinoda Bolen.
Esta es la frase que inicia el libro "TAN FRESCAS", de Anna Freixas Farré, doctora en Psicología y profesora jubilada de la Universidad de Córdoba.


Un libro que rompe tópicos y mitos sobre la vejez de las mujeres, las nuevas mujeres mayores del siglo XXI. Aborda multitud de temas que te hacen cuestionar continuamente tu manera de vivir la vida como mujer adulta en proceso de envejecimiento y reflexionar sobre muchos tópicos que rodean esta etapa: la edad, el físico, la actividad, cómo nos percibimos, el hacer balance, la salud y la enfermedad, nuestros cuerpos y nuestra imagen corporal, la sexualidad, los vínculos, la cultura "single", la amistad, la sororidad, la soledad, el valor de las redes, las transiciones hacia la libertad, la espiritualidad...

Ofrece una visión de una nueva generación de mujeres que comenzaron a romper moldes en su juventud y que ahora afrontan la última fase de sus vidas con independencia y rompiendo los estereotipos en los cuales fueron encasilladas. 

La mayoría de los mitos que rodean esta etapa de la vida constituyen ideas falsas y se centran, básicamente, en el deterioro progresivo físico y mental, el aislamiento, la ausencia de sexualidad, en convertirse en una carga par la familia y la sociedad, la falta de creatividad y la dependencia.

Por ello, nos recomienda lucir la vejez, no enmascarar los signos de la edad, celebrar la menopausia como un rito de liberación y desprendernos de responsabilidades afectivas que no nos pertenecen...

A lo largo del libro demuestra que la autonomía, la libertad y la sexualidad se pueden vivir de forma diferente y placentera. Nos invita, desde la aceptación de la realidad, a enfrentarnos con optimismo, sin tabúes y sin prejuicios a todo aquello en relación al proceso de envejecer que de entrada nos atemoriza y disgusta.

A continuación, uno de los fragmentos que más me han gustado:

Elogio a la soledad

"Ahora al fin
ha traspasado el tiempo del duelo,
ahora puede decir, sin pena ni engaño
¡Bendita Soledad!

La soledad es una realidad a la que todos los seres humanos debemos hacer frente a medida que nos hacemos mayores. Diversos elementos se combinan a lo largo de la vida de las mujeres -la longevidad, las normas sociales y la pobreza-, de manera que tenemos una alta probabilidad de pasar un número importante de años sin pareja, a partir de la segunda edad adulta. Si bien es cierto que en numerosas ocasiones se empieza a vivir a solas a partir del divorcio o la viudedad, para un número importante de mujeres vivir a solas es una elección personal, y lo prefieren a cualquier otro arreglo de tipo familiar.

La soledad es una necesidad para las personas que han vivido demasiado acompañadas, para las mujeres que pasaron de la casa paterna a la casa familiar sin respiro. Un deseo que a veces desconocemos tener. Carolyn Heilbrun la describe como un placer para quienes han conseguido otorgar significado a su vida, una oportunidad para vivir el presente como un regalo, algo que no dejamos escapar porque nos permite tomar las riendas de nuestro día a día, ordenar el tiempo. Un placer similar al de los grandes descubrimientos. En este sentido, pues, la soledad es como una conquista, un espacio de bienestar. Si queremos reinventarnos, necesitamos tiempo para pensar, meditar, integrar el pasado y vislumbrar el futuro. Tiempo y espacio para nuestra vida interior, ¿cómo podemos combinar esta necesidad con la compañía y conversación con las personas que nos importan?

Nos lo dijo nuestra maestra Virginia Woolf: las mujeres necesitamos una habitación propia. Un espacio personal en el que pensar, ordenar nuestra mente y nuestras emociones -una habitación, una mesa, un rincón, un cajón-. Pero no una habitación cualquiera, no; dice textualmente. "Una habitación con un pestillo en la puerta". Ni más ni menos. Un espacio en el que no haya continuas interrupciones, donde podamos concentrarnos, estar a solas".

Qué percepción tan diferente y bonita sobre la soledad. Entender la soledad como una oportunidad para vivir la vida con plenitud (aunque de entrada pueda sonar contradictorio). Como oportunidad para la reflexión y la evaluación de los procesos vividos.

Hace poco que traspasé los 40 y ya he podido ver en muchas ocasiones como para las mujeres de cierta edad el hecho de vivir a solas les ha permitido un encuentro con deseos aplazados durante tanto tiempo que se habían vuelto irreconocibles...

No es fácil estar sola con nosotras mismas. El ser capaces de adentrarnos en nuestro interior, con humildad y sinceridad, requiere un gran entrenamiento, un profundo proceso de autoconocimiento para el cual vale la pena empezar a entrenarse cuanto antes. Para ello, y para reflexionar sobre muchos otros temas relacionados con la etapa de la vejez, os recomiendo a todas las mujeres mayores de 40 la lectura de "Tan frescas". 

sábado, 14 de septiembre de 2013

NO PERDAMOS EL TIEMPO

"NO PERDAMOS EL TIEMPO", de Gloria Fuertes, la poetisa de l@s niñ@s y también mujer comprometida con la realidad que le rodeaba. A continuación, uno de sus preciosos y arrolladores poemas:

Si el mar es infinito y tiene redes,
si su música sale de la ola,
si el alba es roja y el ocaso verde,
si la selva es lujuria y la luna caricia,
si la rosa se abre y perfuma la casa,
si la niña se ríe y perfuma la vida,
si el amor va y me besa y me deja temblando
¿Qué importancia tiene todo eso,
mientras haya en mi barrio una mesa sin patas,
un niño sin zapatos o un contable tosiendo,
un banquete de cáscaras,
un concierto de perros,
una ópera de sarna?
Debemos inquietarnos por curar las simientes,
por vendar corazones y escribir el poema
que a todos nos contagie.
Y crear esa frase que abrace todo el mundo;
los poetas debiéramos arrancar las espadas,
inventar más colores y escribir padrenuestros. 
Ir dejando las risas en la boca del túnel
y no decir lo íntimo, sino cantar al corro;
no cantar a la luna, no cantar a la novia,
no escribir unas décimas, no fabricar sonetos.
Debemos, pues sabemos, gritar al poderoso,
gritar eso que digo, que hay bastantes viviendo
debajo de las latas con lo puesto y aullando
y madres que a sus hijos no peinan a diario,
y padres que madrugan y no van al teatro.
Adornar al humilde poniéndole en el hombro nuestro verso;
cantar al que no canta ay ayudarle es lo sano.
Asediar usureros y con rara paciencia convencerles sin asco.
Trillar en la labranza, bajar a alguna mina;
ser buzo una semana, visitar los asilos,
las cárceles, las ruinas; jugar con los párvulos,
danzar en las leproserías. 
Poetas, no perdamos en tiempo, trabajemos,
que al corazón le llega poca sangre.

Gloria Fuertes



lunes, 2 de septiembre de 2013

¿Cabrá aquí todo lo que en la escuela me van a meter en la cabeza?

La mayoría de l@s profesionales que nos dedicamos al mundo de la educación hemos comenzado hoy a prepararnos para el nuevo curso que comienza. Hoy precisamente me ha venido a la cabeza la frase de Mario Benedetti "Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas". La enunció como pensamiento político pero yo pienso que se puede aplicar claramente a la educación, al proceso educativo.

Porque para quienes pensamos que la educación ha de permitir encontrar a cada un@ el sentido de los aprendizajes que recibe, que ha de facilitar el interés por el aprendizaje continuado y que ha promover los valores del compromiso consigo mism@, con l@s otr@s y con la vida, del respeto mutuo, la proactividad, la autonomía, la autocrítica, la flexibilidad... no nos sirve la enseñanza de conocimientos que no tienen sentido y que son facilmente localizables en "google".


Las hablilidades, actitudes y competencias que potenciemos en los niños y las niñas y en l@s jóvenes han de ser significativas y se han de aprender a través de metodologías de proceso que inviten a compartir conocimiento, a intercambiarlo, a cuestionarlo y autocuestionarlo, a contrastarlo, a investigar, a innovar, a ser creativ@s, a buscar sus propias respuestas y a realizar sus propias preguntas. Ya no sirven las metodologías centradas en la productividad, en buscar respuestas a preguntas de manera reactiva y en conseguir resultados puntuales e inmediatos.

No hay verdades absolutas, todo cambia y evoluciona (el conocimiento, las lenguas, la ciencia, las culturas, las religiones...) y por tanto no tiene sentido la memorización de conocimientos transitorios como si fueran a ser permanentes. Tampoco las identidades son estáticas y permanentes. Como plantea Zygmunt Bauman, a través de su concepto de modernidad líquida, las identidades son como una costra volcánica que se endurece, vuelve a fundirse y cambia constantemente de forma. Plantea una nueva forma de entender la sociedad moderna, la sociedad líquida, en la cual todo se mueve, vivimos en la incertidumbre e incluso se relativizan los valores tradicionales.

Ya no tiene sentido pues ese afán de enseñar para acumular, del conocimiento de la verdad útil para toda la vida. Ahora más que nunca es importante educar para vivir en un mundo sobresaturado de información, para el conocimiento válido mientras no se demuestre lo contrario y por tanto de utilidad pasajera. Y en este contexto, lo primero que deberíamos plantearnos los educadores y educadoras es aprender cómo poder preparar a las nuevas generaciones para vivir en un mundo así.