domingo, 30 de junio de 2013

¿Quiero ser como Einstein?

Érase una vez tres niñ@s que vivían en el mismo barrio, Sergi, Carla y Ousmane. Cuando eran muy pequeñit@s disfrutaban jugando, recibiendo mimitos, cantando, bailando, pintando, corriendo... Eran niñ@s felices y san@s. Fueron creciendo y vino el colegio, las asignaturas y los deberes. Y también las expectativas. Algunas de sus familias tenían desde hacía mucho tiempo, incluso antes de que nacieran, unas expectativas muy claras para ell@s.

La mamá de Sergi, que estaba separada desde hacía tiempo quería que su hijo estudiara mucho y sacara muy buenas notas porque ella no había podido hacerlo.

El papá y la mamá de Carla pensaban que su hija era superdotada desde el día en que le hicieron un test, en un stand de las fiestas de su barrio, y las psicólogas encargadas de evaluarla les dijeron que la niña daba resultados por encima de la media.

Las dos mamás de Ousmane querían que su hijo, adoptado en África, fuera feliz.

Un día estos tres niñ@s se conocieron en una fiesta de cumpleaños y empezaron a jugar junt@s. Era el cumpleaños de un amigo llamado Xavier y en el momento de soplar las velas cuando le gritaron que pidiera un deseo dijo en voz alta:

- De gran vull ser futbolista-.

Tod@s empezaron entonces a decir qué querían ser de mayores. Sergi dijo que quería ser bailarín. Carla quería ser una gran médica porque su papá y su mamá le habían dicho que era muy lista y que como mínimo tenía ser médica (como su papá). Ousmane dijo que aún no sabía que quería ser, pero que le gustaba jugar a construcciones, con muñecas, con cuerdas de saltar, a hacer de papá con un bebé, a limpiar la casa, a jugar a fútbol, a correr con la bici, cocinar, tocar el tambor. Pero aún no sabía que quería ser de mayor.

Las familias que estaban escuchando la conversación de l@s tres niñ@s enseguida comenzaron a intervenir.

- No pot ser que vulguis ser ballarí, no seràs ningú a la vida, i a més, això és de "mariquitas”- dijo la mamá de Sergi a su hijo-.

- Con lo lista que eres, seguro que llegarás a ser una gran cirujana- decían el papá y la mamá de Carla a su hija-.

En un principio, las mamás de Ousmane no intervinieron, pero sí lo hicieron algunos de los papás y mamás de otr@s niñ@s .

-Que niño tan poco ambicioso, así no harás nada en la vida- le dijeron a Ousmane-.

-Los niños tienen que jugar y crecer cada uno a su ritmo y siendo felices- respondieron las mamás de Ousmane-.

Sergi y Ousmane se fueron de la fiesta pensando en los comentarios y con cierta envidia hacia Carla ya que habían descubierto que era mucho más lista que ellos.

Los años fueron pasando y Sergi, Carla y Ousmane se hicieron mayores y vivieron sus vidas, sin llegar a perder el contacto del todo. Ya mayores, se encontraron en una residencia de la tercera edad donde se explicaron retazos de su existencia.

Sergi sacaba muy buenas notas y destacó en los estudios pero nunca consiguió la estabilidad laboral. La sociedad le acabó etiquetando como un "ni-ni" en su juventud y un "parado de larga duración" a partir de los 40.

Carla empezó la carrera de medicina con resultados brillantes pero con muchos esfuerzos. Tras años de presión por parte de su familia y un cuadro de anorexia, a los 21 años encontró a quien ella consideró su “príncipe azul”. Dejó la carrera de medicina y huyó lejos de su familia quienes nunca habían aceptado su decisión. Le costó muchos años conseguir separarse de su príncipe maltratador.

Ousmane vivió momentos difíciles en su primera etapa teniendo que explicar continuamente a su entorno por qué tenía dos mamás y él era de otro color. Pero creció feliz, sintiéndose querido y libre.

Mientras l@s ancian@s dialogaban, una hada madrina que vivía en el jardín de la residencia escuchó sus conversaciones y, sabedora de lo costoso que resulta a l@s human@s vivir sus propias vidas, decidió conceder a l@s tres amigu@s la oportunidad de vivir otra vida. Les tocó con su varita mágica comprada en un outlet de internet, les deseó mucha suerte y desapareció.

Nacieron y crecieron nuevamente, viviendo una segunda vida y cuando eran ya ancian@s volvieron a coincidir en un foro virtual de la tercera edad.

Esta vez Sergi contó a l@s demás que se había ganado la vida como bailarín.

Carla volvió a ser presionada por sus nueva familia pero acudió a psicoterapia y aprendió lo importante de ser una misma y hacer lo que realmente se desea. Además, gracias a que su psicoterapeuta le invitó a leer "La princesa que creía en cuentos de hadas" con el tiempo había dejó de buscar príncipes azules.

Ousmane había vuelto a nacer en África y esta vez no le adoptaron. Había crecido feliz y sintiéndose libre en una gran familia pobre (económicamente).

Y tras largos ratos virtuales compartiendo experiencias, l@s tres habían llegado a las mismas conclusiones: lo esencial es invisible a los ojos y la vida no admite representantes. Nadie puede saber por ti, nadie puede crecer por tí, nadie puede buscar por ti, nadie puede hacer por ti lo que tú mism@ debes hacer.

I, vet aquí un gos, vet aquí un gat, aquest conte s'ha acabat!
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Gracias a las personas que estaban en uno de los stands de las fiestas de mi barrio por inspirarme este cuento. Intentaban promocionar su negocio instando a las familias a hacer un test a sus hij@s para comprobar si eran superdotad@s, como Albert Einstein... pienso que haciendo un flaco favor a las niñas y niños, a sus familias, a la sociedad y a la profesión de la psicología.

lunes, 17 de junio de 2013

Los pequeños cambios son poderosos


Siempre he creído que los cambios grandes y bruscos cuestan más de digerir y no se generalizan tan bien. En cambio, los pequeños cambios, los que van poco a poco se interiorizan mejor, de forma más coherente y van cambiando más profundamente nuestra vida y nuestra forma de funcionar.


Cuando nos proponemos algo queremos conseguirlo rápido. Nuestra sociedad actual no nos educa para tener paciencia y constancia con nosotr@s mism@s y con nuestro entorno, sino más bien para resolver y conseguir lo que deseamos lo más rápido posible. Y si no es así, nos frustramos. Sobre todo si nos referimos a cambios internos, en nuestra forma de movernos por el mundo.

Pero si algo creo que nos enseña la vida es que el trabajo de hormiguita, el de proceso, aunque sea largo y más costoso, a veces es la única manera de llegar. El proceso hace que nuestros cambios sean más permanentes y nos conduzcan hacia resultados más globales, más reales, que nos acercan más a un estado de equilibrio y serenidad, a un estado en el que sientes la coherencia entre lo que piensas, lo que sientes y lo que haces. Y además, por el camino tienes la oportunidad de aprender mucho... a veces fracasando mucho...



domingo, 16 de junio de 2013

¿Qué es la coeducación y por qué creo que es tan importante?

La coeducación tiene como objetivo promover una acción educativa que potencia la igualdad real de oportunidades entre niños y niñas, entre mujeres y hombres, evitando fomentar el desarrollo de roles estereotipados, buscando la eliminación de toda clase de discriminación por razón de género, la integración explícita de la perspectiva de género en los contenidos del aprendizaje así como la educación en valores y el respecto por la diversidad del alumnado, diversidad de: opciones sexuales, orígenes culturales, capacidades... y por tanto, vital para trabajar el respeto y la igualdad.

A través del reconocimiento, el derecho y el respeto a la primera diferencia que existe entre niñas y niños, y chicos y chicas, se establecen las relaciones de igualdad y libertad entre las personas. La coeducación proporciona al alumnado y al profesorado estrategias que pueden prevenir y evitar las relaciones de poder, de abuso y sumisión, de limitaciones estereotipadas para cada género y permite transformarlas en relaciones más justas y plurales.

Por tanto, el papel de los jardines de infancia y las escuelas en la educación para la igualdad pero respetando las diferencias entre niñas y niños es una de las mejores garantías para fomentar relaciones igualitarias en el futuro y como consecuencia, una de las mejores herramientas para prevenir la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones. 

Y, claro, desde este punto de vista se derivan claramente una serie de maneras de intervención tanto con el alumnado como con el profesorado y las familias que dejo ya para otra entrada.

viernes, 14 de junio de 2013

"El águila y la gallina"

Un campesino crió un aguilucho junto con sus gallinas. Lo trataba de la misma forma como lo hacía con las gallinas, de modo que él estaba convencido que era una de ellas. Le daba la misma comida en el suelo, la misma agua en un bebedero y lo soltaba en el campo para complementar su alimentación, igual que si fuese una gallina. El águila creció y se comportó como si fuera una gallina.

Cierto día pasó por su casa un ecologista que, al ver al águila escarbando en el suelo, fue a hablar con el campesino.

Esto no es una gallina, ¡es  un águila!.
El campesino contestó: ahora ya no es más un águila porque se crió con las gallinas, aprendió a vivir como ellas y por lo tanto se cree gallina.
El ecologista dijo: -No, un águila es siempre un águila. Hagamos una prueba.
Se subió con el águila al techo de la casa del campesino y la tiró a volar, mientras decía: "¡Vuela tú eres un águila! Asume tu naturaleza.
Pero el águila no voló, batió torpemente sus alas como una gallina y cayó al gallinero otra vez. 
Entonces, el campesino replicó: Le dije que ella era ahora como una más de mis gallinas.
Mañana veremos, dijo el ecologista.

Al otro día fueron a una montaña cercana con el águila. El ecologista levantó el ave y le dijo: ¡Águila! ¡Mira ese horizonte, mira el sol allá a lo lejos, los campos verdes allá abajo, mira, todas esas nubes pueden ser tuyas! ¡Despierta tu naturaleza y vuela como águila que eres!

El águila comenzó a ver todo esto y fue quedando maravillada con la belleza de las cosas que nunca había visto, estuvo confusa al principio sin entender por qué había estado tanto tiempo alienada. Entonces sintió su sangre de águila correr por sus venas, sintió tensarse los músculos de sus alas y partió en un hermoso vuelo hacia el horizonte azul.

Del libro "El águila y la gallina", una metáfora de la condición humana, de Leonardo Boff.


A much@s nos educan como gallinas. Y lo mejor de todo es que nos creemos y vemos como gallinas, viviendo muert@s de miedo para desarrollar todo ese potencial inmenso que tenemos dentro, para alzar vuelo como las águilas en el momento que queramos. Y además en función de si somos del sexo masculino o femenino a las gallinas las educarán para ser más dulces, sensibles, cuidadoras, dependientes, inseguras.... y a los gallos para ser más decididos,  creativos, competitivos, agresivos, valientes, dominantes, fuertes... Cómo podemos equilibrar los dos polos, el de el águila y la gallina? Cómo lograr que la cultura de la homogeneización no ahogue el águila que llevamos dentro y nos impida volar, cambiando la visión de nosotr@s mism@s, tomando una actitud mental positiva, reconociendo nuestro valor y nuestro potencial; dejando los miedos afuera y elevándonos sin hacerle daño a nadie, volando, volando alto, disfrutando el camino, hasta lograr todo eso que tanto anhelamos?