viernes, 14 de junio de 2013

"El águila y la gallina"

Un campesino crió un aguilucho junto con sus gallinas. Lo trataba de la misma forma como lo hacía con las gallinas, de modo que él estaba convencido que era una de ellas. Le daba la misma comida en el suelo, la misma agua en un bebedero y lo soltaba en el campo para complementar su alimentación, igual que si fuese una gallina. El águila creció y se comportó como si fuera una gallina.

Cierto día pasó por su casa un ecologista que, al ver al águila escarbando en el suelo, fue a hablar con el campesino.

Esto no es una gallina, ¡es  un águila!.
El campesino contestó: ahora ya no es más un águila porque se crió con las gallinas, aprendió a vivir como ellas y por lo tanto se cree gallina.
El ecologista dijo: -No, un águila es siempre un águila. Hagamos una prueba.
Se subió con el águila al techo de la casa del campesino y la tiró a volar, mientras decía: "¡Vuela tú eres un águila! Asume tu naturaleza.
Pero el águila no voló, batió torpemente sus alas como una gallina y cayó al gallinero otra vez. 
Entonces, el campesino replicó: Le dije que ella era ahora como una más de mis gallinas.
Mañana veremos, dijo el ecologista.

Al otro día fueron a una montaña cercana con el águila. El ecologista levantó el ave y le dijo: ¡Águila! ¡Mira ese horizonte, mira el sol allá a lo lejos, los campos verdes allá abajo, mira, todas esas nubes pueden ser tuyas! ¡Despierta tu naturaleza y vuela como águila que eres!

El águila comenzó a ver todo esto y fue quedando maravillada con la belleza de las cosas que nunca había visto, estuvo confusa al principio sin entender por qué había estado tanto tiempo alienada. Entonces sintió su sangre de águila correr por sus venas, sintió tensarse los músculos de sus alas y partió en un hermoso vuelo hacia el horizonte azul.

Del libro "El águila y la gallina", una metáfora de la condición humana, de Leonardo Boff.


A much@s nos educan como gallinas. Y lo mejor de todo es que nos creemos y vemos como gallinas, viviendo muert@s de miedo para desarrollar todo ese potencial inmenso que tenemos dentro, para alzar vuelo como las águilas en el momento que queramos. Y además en función de si somos del sexo masculino o femenino a las gallinas las educarán para ser más dulces, sensibles, cuidadoras, dependientes, inseguras.... y a los gallos para ser más decididos,  creativos, competitivos, agresivos, valientes, dominantes, fuertes... Cómo podemos equilibrar los dos polos, el de el águila y la gallina? Cómo lograr que la cultura de la homogeneización no ahogue el águila que llevamos dentro y nos impida volar, cambiando la visión de nosotr@s mism@s, tomando una actitud mental positiva, reconociendo nuestro valor y nuestro potencial; dejando los miedos afuera y elevándonos sin hacerle daño a nadie, volando, volando alto, disfrutando el camino, hasta lograr todo eso que tanto anhelamos?




2 comentarios:

  1. No olvidemos una tercera especie de ave muy común ...los buitres. Estos se mofan y ridiculizan a las águilas a las que en realidad temen y envidian. Al mismo tiempo, consideran a las gallinas como aves inferiores pero necesarias para mantener su estatus y para ello no dudan en crear normas para que no subamos a la montaña a descubrir el horizonte. “Las gallinas no podrán estudiar nunca, venga algún aguila si es es muy buena ( por encima de un 6,5) podrá subir hasta la mitad de montaña y sólo los buitres podremos volar en el pico de la misma” Dijo el buitre Wert.

    ResponderEliminar
  2. Pero hay esperanza... sabías que el buitre quebrantahuesos está en peligro de extinción? Las águilas y las gallinas saben que después de subir a una montaña hay muchas otras montañas por subir. Los buitres de la especie de Wert no ven más allá de sus narices por muy alto que hayan subido. Así que ya pueden seguir y seguir volando en el pico más alto, que al final caerán.
    Lo que es cierto es que por el camino habrán dejado montones de huesecitos rotos...

    ResponderEliminar